lunes, 26 de mayo de 2014

El Himno que integra a Medellín


Versión en Inglés: The Anthem that binds to Medellín




“Las sociedades están inmersas en un proceso permanente de transformación tanto económica como social, y la naturaleza de esas transformaciones no siempre es fácil. Razón por la cual las ciudades tienen que ser vistas como organismos vivos que se reinventan constantemente a sí mismas en respuesta a los cambios sociales. Medellín es un ejemplo por excelencia de esta clase de reinvención.”

Joseph Stiglitz, Foro Urbano Mundial Medellín 2014 
(Urban Solutions Platform, 2014)

En plena niñez a mediados de los años ochenta vivíamos fuera de Medellín en otra ciudad del país por asuntos laborales de mi padre, un hombre honesto y trabajador como muchos otros antioqueños. Siempre esperábamos con ansia las vacaciones para volver al lugar donde nacimos, a nuestra tierra, a nuestras raíces, volver a nuestra querida Medellín que para ese entonces se encontraba inmersa, en gran parte, en una corriente de aguas turbias y brumosas generada por fuerzas sombrías que la sumergían cada vez más hacia un fondo oscuro y frio. Sin embargo, y a pesar de las intranquilidades que podrían haber agobiado a mis padres, esto nunca impidió que volviéramos, pues era más grande el amor que el temor por nuestra Ciudad. Tomábamos la carretera, un trayecto de ocho horas aproximadamente. Recuerdo que a mi hermano le brotaba la típica pregunta “¿Ya vamos a llegar?” antes de la primera hora de viaje. Yo no era la excepción por supuesto. Y es que aunque disfrutábamos del paseo, la expectativa por llegar a Medellín se acrecentaba al sentirnos más cerca. De manera que en el último tramo del recorrido cuando podíamos vislumbrar el Valle de Aburrá abrazado por sus verdes montañas dándonos la bienvenida; la alegría, la exaltación y eso que bien conocemos como “orgullo paisa” se manifestaban a flor de piel. En ese preciso momento mis padres sabían que era la hora de poner el himno de nuestra tierra, no el de Antioquía -que entonamos con júbilo en cualquier evento-, tampoco el himno institucional de la Ciudad (no tan popular como el primero), sino ese himno emocional que congregó en esos duros momentos, y que sigue congregando el espíritu colectivo medellinense. Un canto que parte de este ser, sistema social, u organismo vivo bautizado con el nombre Medellín puso en la consciencia de aquellos que durante la turbulencia no dieron marcha atrás, que con corazón y pujanza incentivaron no solo a entonarlo sino a vivirlo como una filosofía[1] denominada “Quiero a Medellín”.

Desde el año pasado que los ojos del planeta se postraron al interior de nuestras montañas cuando la Ciudad se hizo acreedora al reconocimiento como la más innovadora del mundo, la comunicación de ésta ideología tomó un nuevo aire. Recientemente, luego del exitoso Séptimo Foro Urbano Mundial (WUF7), uno de los eventos más significativos realizados en el país y sin duda el más valioso para la Ciudad hasta ahora, querer a Medellín ha dado la mejor cosecha gracias, en gran parte, al exitoso modelo de trabajo sinérgico y conversación tripartita que han consolidado el gobierno local, la empresa privada y la academia; a la consciencia, la transparencia, y la proyección sistémica de las diferentes administraciones en los últimos años; y como lo promueve el himno, por el amor que muchos medellinenses sienten por su ciudad.

La idea del canto se le manifestó a Michel Arnau[2], “un creativo de pelo largo, irreverente, y para muchos un poco loco” (La W, 2013)[3] que para ese entonces ya había consolidado en Medellín la primera “Agencia-boutique creativa” (La W, 2013) bautizada con su apellido. Debido a sus particularidades, carisma, visión y pasión creativa, varias reconocidas empresas antioqueñas que se vieron atraídas por tales rasgos depositaron su confianza en este artista de la comunicación que entre sus creaciones dejó, en esos “momentos tormentosos” (La W, 2013), el inolvidable himno que aún podría ostentar el título de la campaña cívica con más difusión en Colombia. La iniciativa surgió luego de que Michel se reuniera con un grupo de amigos a pensar que deberían hacer algo por la ciudad que amaban, y fue en el contexto de esas conversaciones creativas donde le llegó la inspiración que empezó a materializar con marcador y papelógrafo (la W, 2013). Cuando el himno fue lanzado en el contexto de la campaña cívica “Amor por Medellín”[4], tuvo un efecto decisivo puesto que, según lo expresa Michel (la W, 2013), exaltó “el orgullo que los ciudadanos tienen por su región y su ciudad” y además les permitió empoderarse de esta filosofía con acciones concretas… “Depende también de ti darle amor a Medellín, con tu trabajo, con tus ideas sobre todo”.

Como lo expone Jorge Orlando Melo[5] (Semana, 2014), la desaceleración del crecimiento industrial que sufrió Antioquia a mediados de la década de los 50 fue la antesala de la gran desestabilización social sufrida en la región. El crecimiento urbano era desmesurado debido al desplazamiento en zonas rurales causado por la violencia, y en adición, porque la agricultura no estaba dando los frutos esperados. La iglesia “que se había encargado de mantener al pueblo disciplinado y honrado”, no pudo conservar el control. De esta forma Medellín se convirtió en la “Ciudad del pecado” cobijando prostitución, tráfico de droga y homicidio. Para la última década del siglo veinte el Valle de Aburrá ya padecía la reputación como el más violento del mundo (Semana, 2014). Este fue el tiempo de personajes igualmente creativos e innovadores, pero para la perversidad. Según reflexiones de Juan Luis Mejía[6], el término “dinero fácil” no es tan preciso como el de “dinero ilícito” para describir el capital que afloraba en nuestra tierra por esos días. Su consecución no era para nada sencilla pero estos “genios del mal” se las ideaban para lograrlo. Así la influencia narcotraficante fue permeando la cultura, tanto que, como lo asevera Jorge Orlando Melo, “Las mamás educaban a sus hijos con la admonición de Horacio, el poeta romano: ‘Haz plata hijo, hazla honestamente. Pero si no puedes, haz plata hijo’.” (Semana, 2014: 17). Sin embargo, y a pesar de que no se puede negar que algunas células corruptas del sector gobierno y privado dieron luz verde a tales vicios, el sistema inmune se resistió a esta enfermedad social gracias a aquellos “innovadores del bien” que impusieron regulaciones e impulsaron buenas prácticas de administración pública, evitando así que las grandes empresas antioqueñas fueran infectadas (Semana, 2014). Esta fue la semilla plantada para el renacimiento de una Ciudad que empezó a crecer con el trabajo comprometido y sistémico de sus principales actores sociales.

“En los momentos duros de Medellín hace más de veinticinco años lo que nos mantuvo en pie fue la conversación colectiva” afirmó Claudia Restrepo Montoya la Vicealcaldesa de Educación en uno de de los diálogos del Séptimo Foro Urbano Mundial (WUF7). “No dejamos de creer en Medellín… nos quedamos a pesar de las dificultades… por el contrario, nos propusimos buscar el norte de la Ciudad, su visión.” De esta forma lo manifestaron -en síntesis- altos líderes empresariales antioqueños y la representación del gobierno local en otra de las constructivas charlas del evento[7], quienes además resaltaron tanto a Proantioquia[8] como a la dinámica de buen gobierno “Medellín, como vamos”, entre las fichas clave para la consolidación del trabajo conjunto del sector gubernamental, la empresa privada y la academia en un fin común: el bienestar de la Ciudad y la Región. Coincidiendo con dicho pensamiento, otra de las muchas voces provenientes de la inteligencia colectiva que se reunió en Medellín por esos días del Foro, expresó: “lo que hicimos fue ser conscientes de la Ciudad, supimos pensarla.” Reflexión que enuncia con claridad por qué Medellín pudo lograr el galardón como la más innovadora del mundo, cuyo mérito radica esencialmente en la consciencia creativa que permitió la recuperación de esta ciudad resiliente.

Para explicar el giro de ciento ochenta grados que tuvo Medellín iniciando el presente siglo, se debe dar especial énfasis a las acciones de otro creativo apasionado por su ciudad, un científico matemático que no solo con lápiz y papel empezó a resolver sus problemas ideando e implementando fórmulas que la llevaron hacia el camino de la innovación social. El primer análisis que hizo el profesor Sergio Fajardo residió en la necesidad de “metérsele al rancho” a la politiquería. En consecuencia, él y un gabinete conformado por otros cincuenta entusiastas poco reconocidos en el ámbito político, pero si con gran recorrido en los sectores de la empresa privada, académico y social, se comprometieron a organizar un movimiento cívico independiente para entrar al ruedo gubernamental y tomar las riendas de Medellín, puesto que, de acuerdo con su pensamiento, en el ámbito político es que se toman las decisiones más importantes de una sociedad (Bedoya, 2013 – Fajardo, 2008). Como Fajardo lo afirma, “todos llegamos a una misma conclusión: llevábamos toda la vida diciendo cómo debería ser la sociedad, pero […] otras personas [tomaban] las decisiones por nosotros” (Bedoya, 2013). De manera que, alentados por el liderazgo de este matemático, dicha colectividad pudo cambiar finalmente tal paradigma en el año 2003 para el bienestar de la Ciudad. Luego de lograr el primer paso, la nueva ola en el gobierno se dispuso a aplicar la fórmula que mitigó los dos problemas que estaban más arraigados: La violencia y la desigualdad social[9]. Para disminuir violencia el Alcalde aplicó una ecuación básica que denominó el “Quita y pone”: quitarle a la violencia y poner oportunidades, es decir, cerrarle gradualmente las puertas a la violencia abriendo espacios de integración, que apuntaban precisamente a la equidad social y donde la educación fue el pilar.  Este concepto se tradujo en la promesa esencial de su gestión: “Medellín, del miedo a la esperanza” (Fajardo, 2008),  donde miedo es = violencia, y esperanza es = oportunidades y equidad para el desarrollo. A su vez, considerando la educación como base, surgió el dinamizador de dicha promesa: “Medellín, la más educada”, sello expresado en el fortalecimiento de la educación pública[10], la generación de espacios para el conocimiento, la construcción de proyectos urbanos integrales, y el impulso de una cultura emprendedora. La implementación de dichas formulaciones favoreció primordialmente a los sectores más humildes de la Ciudad, zonas donde la violencia se infiltra con facilidad a causa, entre otras cosas, de la desigualdad y sus efectos.  Como cual niño emocionado al mostrar un juguete nuevo a sus amigos, Fajardo expone a una audiencia deslumbrada la creación del Parque Biblioteca España que se edificó en el sector más pobre de la Ciudad y fue acreedor del prestigioso premio de arquitectura en Iberoamérica entre los años 2004 y 2006 (Bedoya, 2013). “La obra más importante de arquitectura está en el barrio más pobre de Medellín, donde más violencia había, no en el barrio más rico de la ciudad” asevera Sergio (Bedoya, 2013). En consecuencia, rupturas sociales de este tipo fueron desde entonces el común denominador en Medellín, y el origen del reconocimiento como la más innovadora del mundo. La efectividad de las fórmulas del profesor Fajardo, que no han perdido continuidad con los nuevos gobiernos, lograron transformaciones relevantes en solo diez años. El factor es: personas honestas que trabajen con tesón para que no se pierda un peso.

Coloquialmente decimos en nuestra tierra: “hay que salir de las montañas para conocer el mundo”. Sin embargo, al ser elegidos como sede de la Séptima versión del Foro Urbano Mundial (WUF7), lo que hicimos fue traer al mundo entero a nuestra tierra para transformarnos en su capital. “Nos sentimos muy orgullosos de ser por una semana paisas.” expresó Joan Clos, el director ejecutivo de ONU-Hábitat, quién de igual forma resaltó al de Medellín como el mejor de los foros hasta ahora realizados (WUF7, 2014). Durante este tiempo más de veinte mil personas de las cuales ocho mil fueron extranjeros (semana.com, 2014) se congregaron en Medellín para conversar y compartir conocimientos sobre problemáticas urbanas, sociales, políticas, y económicas, que serán el insumo para sentar las bases de futuros cambios en diferentes ciudades del planeta con énfasis en la justicia social, pues de acuerdo con Clos (WUF7, 2014), esta es la gran falencia global. Ciudades para la vida fue la consigna del memorable evento que pudo concretar la Ciudad gracias al empeño del Gobierno Local con el apoyo del Ministerio de Vivienda Nacional a cargo del actual Alcalde Aníbal Gaviria, y el Ministro Luis Felipe Henao consecutivamente (ambos muy paisas). El balance más que positivo del Foro deja mucha satisfacción. Los números superaron todas las expectativas, pero el principal impacto fue la buena impresión que el recuperado Valle de Aburrá le dejó al mundo. “Buena parte de las personas con las que he conversado me dicen que lo que han visto y palpado de Medellín, es mejor de lo que habían leído” manifestó Gaviria sin desconocer que aún hay camino por recorrer para menguar la desigualdad social (eltiempo.com, 2014). La Carta de Medellín, o el tratado que deja el Foro a la Ciudad, de acuerdo con el Alcalde (eltiempo.com, 2014), aparte de evidenciar las buenas prácticas recogidas hasta el momento también se convierte en una nueva semilla que debe germinar en equidad y así en un verdadero progreso para todos.

Quiero terminar haciendo una convocatoria a diferentes idealistas, creativos e innovadores en diferentes áreas para que empecemos a darle forma con nuestras ideas a un nuevo canto, pero no para Medellín sino para el país, que como bien saben ha padecido durante mucho tiempo enfermedades sociales causadas, en especial, por quienes tradicionalmente han maquinado su sistema político, es decir, quienes han manipulado nuestras decisiones para su propio beneficio. A pesar de que tales malestares no han afectado el crecimiento económico en los últimos años, sin lugar a dudas han impedido el crecimiento sostenible y por ende saludable de la nación. Aspecto que en un futuro no lejano podría ocasionar un cáncer terminal. Las fórmulas para potenciar soluciones se han evidenciado en Medellín, y no son ajenas al resto del país. Vamos pues a componer el himno que integre a Colombia.


*El Himno

Primera versión (1980)



Nueva versión (2008)



Interacciones:

Bedoya, J. (2013, 8 de julio). Sergio Fajardo / Medellín, Del Miedo a La Esperanza (Conferencia en el TEC de Monterrey, México). Recuperado de: http://youtu.be/mlKz1GSsXpQ  Visitado: 14 de mayo de 2014.

Fundación Amor por Medellín y por Antioquia (2008, 3 de abril). QUIERO A MEDELLÍN. Recuperado de: http://youtu.be/i47FgnG9Ye8 Visitado: 27 de abril de 2014.

Fundación Amor por Medellín y por Antioquia (2008, 6 de noviembre). Quiero a Medellín Nueva Generación. Recuperado de: http://youtu.be/vHjODATMxjY  Visitado: 27 de abril de 2014.

Fajardo, S. (2008). Del miedo a la esperanza, Alcaldía de Medellín 2004/2007. Recuperado de: http://www.reddebibliotecas.org.co/Libro%20Recomendado/Descarga%20de%20libros/Del%20miedo%20a%20la%20esperanza%20Capitulo%201.pdf  Visitado: 14 de mayo de 2014.

La W Radio (2013, 1 de marzo). Entrevistas W: Michel Arnau autor de la canción "Quiero a Medellín". Recuperado de: http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/michel-arnau-autor-de-la-cancion-quiero-a-medellin/20130301/oir/1851369.aspx Visitado: 27 de abril de 2014.

Montoya Acevedo, M. (2009, 19 de junio). El Mundo.com. Un canto a Medellín y Antioquia. Recuperado de: http://www.elmundo.com/portal/pagina.general.impresion.php?idx=119600  Visitado: 27 de abril de 2014.

Proantioquia.org.co (2014). Quiénes somos – Aspectos Generales. Recuperado de: http://proantioquia.org.co/web/index.php/quienes-somos/aspectos-generales Visitado: 17 de mayo de 2014.

Redacción, El Tiempo.com (2014, 10 de abril). El anfitrión y su balance final del Foro Urbano.  Recuperado de: http://www.eltiempo.com/Multimedia/infografia/forourbanomundial/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_MULTIMEDIA-13816666.html  Visitado: 17 de mayo de 2014.

Revista Semana (2014). Edición especial: ANTIOQUIA, GENTE 1A. Publicaciones Semana S.A. (Abril de 2014)

Urban Solutions Platform (2014, 11 de abril). Conferencia Joseph Stiglitz (WUF7).  Recuperado de: http://youtu.be/BAodXvlGo9Y  Visitado: 20 de abril de 2014.

World Urban Forum - WUF7 (2014). Seventh session of the World Urban Forum Closing Ceremony. Recuperdado de: http://wuf.7.unhabitat.org/wuftv Visitado: 11 de mayo de 2014.




[1] Comentario de Alberto Casas en entrevista de la W Radio a Michel Arnau, creador de la canción “Quiero a Medellín” (La W, 2013)
[2] Michel Arnau, es un reconocido creativo y precursor de la ola setentera de la publicidad Colombiana que luego se alió con DDB, la multinacional publicitaria, para posesionarse como su principal representante en el país.
[3] Así lo introduce Julio Sánchez Cristo en la entrevista que le hacen el día que Medellín ganó el premio como la más innovadora (La W, 2013).
[4] La Fundación Amor por Medellín se creó en 1980 por iniciativa de la Administración Municipal y con el apoyo de 70 líderes empresariales y cívicos, con el objetivo de dinamizar y fortalecer procesos de formación ciudadana, ética y democrática (Montoya, 2009).
[5] Historiador y decano de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano (Semana, 2014)
[6] Ex Ministro de Cultura, actual rector de la Universidad EAFIT y uno de los estudiosos de la historia de Antioquia más reconocidos. En un comentario previo a alguna reunión lo escuché hacer tal anotación y se me quedó grabada.  
[7] Conversatorio: El Papel del Sector Privado como Agente del Cambio, en el que participaron como panelistas David Bojanini (Presidente del Grupo Sura), José Alberto Vélez (Grupo Argos), Santiago Piedrahíta (Grupo Orbis) y Luis Felipe Hoyos, el Vicealcalde de Desarrollo Económico de la Ciudad.
[8]Fundación privada del sector empresarial, sin ánimo de lucro, creada en 1975 por un destacado grupo de empresarios antioqueños, con el firme propósito de contribuir a la construcción de una región más competitiva en lo económico y equitativa en lo social, y de una sociedad integrada, pacífica y con oportunidades para toda la ciudadanía.” (Proantioquia.org.co, 2014)
[9] Para explicar ambos problemas Sergio Fajardo hace una analogía con dos árboles cuyas raíces son profundas y además muy enredadas entre ellas “no se sabe que fue primero si la desigualdad o la violencia…” (Bedoya,2013)
[10] Fajardo enfatiza en la falencia de la educación en la región y el País, e indica que los espacios para el conocimiento como los parques biblioteca y los colegios en zonas marginales apuntaron inicialmente a la recuperación de la dignidad. (Bedoya, 2013)

viernes, 16 de mayo de 2014

Conversación y Educación

Extracto de la publicación: Conversaciones Conscientes
Por Juan Sebastián Cárdenas Salas 

Savater (1997) relata que cuando al poeta José Bergamín[1] se le reprochaba el exceso de subjetividad en sus juicios este respondía: “Si  yo fuera un objeto, sería objetivo; como soy un sujeto, soy subjetivo”. Así, de acuerdo con el filósofo español (1997), la educación es tarea de sujetos para la formación de otros sujetos, no de objetos; y esta subjetividad es determinada por la tradición, las leyes, la cultura y la escala de valores de la sociedad en la que se encuentran inscritos tanto el que la imparte como el que la recibe. Por esta razón la educación es por excelencia una máquina productora de esquemas mentales los cuales empiezan a moldearse en las conversaciones del entorno familiar, social, religioso, gubernamental, y académico; y cuyo fin principal es adaptar al “nuevo miembro” a los prejuicios de dichas colectividades (Savater, 1997). Prejuicios que luego el individuo puede descartar o reforzar de acuerdo a sus propias experiencias y descubrimientos.

Paradójicamente, haciendo un enfoque en el marco formal[2] de la educación, ninguna de las definiciones básicas halladas entrelazan de manera directa este concepto y la conversación. Por el contrario, tanto en el diccionario oficial de la lengua española como inglesa, dos de las principales definiciones indican que la educación, es una instrucción sistemática impartida por el profesor[3] (RAE - Oxford, 2014). Si se modificara la palabra instrucción por conversación, la palabra impartida, por construida, y adicionalmente se incluyera al segundo actor del proceso (que debería ser el protagonista…), la definición[4] tomaría un poderoso sentido puesto que la transmisión de conocimiento no debería darse tras una imposición sino en el marco de una interacción que facilite una construcción colectiva[5], en este caso, entre profesor y alumno.

Platón, proclamó en el marco de La República:

“No habrá pues, querido amigo, que emplear la fuerza para la educación de los niños; muy al contrario, deberá enseñárseles jugando, para llegar también a conocer mejor las inclinaciones naturales de cada uno”. (Savater, 2008: 26)

En adición, Aristóteles  siempre mostró una especial  preocupación por la educación de los jóvenes promoviendo entre los gobernantes la importancia  que esta tenía para la constitución política y democrática de la Polis (Savater, 2008).

Siguiendo estos consejos, John Dewey[6], reconocido como el filósofo de la educación y quién situó el tema como eje del pensamiento contemporáneo (Savater 2008), influyó notablemente en la evolución del concepto conocido como progresismo pedagógico cuyo fin principal es ubicar la educación en un marco democrático de equidad y participación (Singer,2013). De esta forma Dewey ubica al estudiante en el centro del sistema escolar, en contra de la visión tradicionalista -evidenciada en las definiciones- que concibe la enseñanza como la “imposición de una serie de contenidos al alumno”, ubicándolo como un actor pasivo en dicho proceso (Savater, 2008). Con respecto al docente, el concepto progresista señala que éste debe propiciar espacios de experimentación al estudiante que le permitan ser “artesano de su propio conocimiento” y apoyar así la actividad del aprendizaje (Savater, 2008). Como un ejemplo, El profesor Humberto Maturana (2002), denominó al espacio de trabajo con sus estudiantes, el taller renacentista, pues allí alentaba la vivencia del “hacer”, la “reflexión” de este hacer, “en el contexto continuo de la conversación sobre el hacer en el hacer.”:

“Yo digo que mi laboratorio es un taller renacentista porque es un espacio […] del vivir, como los talleres renacentistas  donde existía un artesano o artista, y los estudiantes se transformaban a su vez en artesanos o artistas, según sus preferencias, en el convivir con el maestro.” (Maturana, 2002: 43)

En esta misma vía, Sima Nisis[7] (Maturana, 2002) hace una importante reflexión asumiendo una postura consciente sobre su responsabilidad como educadora sugiriendo que el maestro no debe actuar desde el “tradicional desnivel” que lo sitúa como regulador o manipulador de la vida del alumno, por el contrario, debe propiciar un encuentro nivelado que le permita “observar ante sí a un ser humano que guía ‘des-imponiendo’, alguien como él, con sus carencias y sus virtudes.” (Maturana, 2002: 10) En este sentido el planteamiento equitativo defendido por Dewey es a su vez un reconocimiento virtuoso hacia el maestro puesto que fortalece su credibilidad y autoridad. Como lo indica Savater (1997), “la autoridad no consiste en mandar” su raíz etimológica proviene del verbo latín augere cuyo significado se interpreta como “lo que facilita el crecimiento”.

A nivel personal los educadores que han dejado una huella positiva desde mi infancia hasta los días recientes, son, por lógicas razones, aquellos que con su pedagogía facilitaron participación y construcción, afianzando de esta forma el encuentro de algunas de mis pasiones.  Por ello, solo en este equilibrio entre profesor y alumno se puede facilitar una conversación efectiva en los pilares del pensamiento de la educación, que según Dewey, constituyen un hecho comunicativo y social (Savater, 2008).





[1] Escritor, ensayista, poeta y dramaturgo español (Madrid, 1895 – Hondarribia 1983). Revisar biografía en: <http://www.artepoetica.net/jose_bergamin.htm>
[2] Educación académica - pedagogía impartida en desde el sistema escolar, primaria, secundaria, hasta la universidad.
[3] Estoy haciendo una fusión de ambas definiciones: RAE y OXFORD
[4] Esta sería la definición: “Conversación sistemática construida entre profesor y alumno…”.
[5] Si esta definición “evolucionada” de educación se llevara a la práctica, muchas organizaciones o sistemas educativos tendrían que cambiar su modelo mental en la actualidad (progresismo pedagógico)
[6] Referencia bibliográfica
[7] Colaboradora del Doctor Humberto Maturana en su libro El sentido de lo Humano. Texto inspirador que recoge principalmente entrevistas, conferencias, tratados y comunicados de este Biólogo, Humanista y Filósofo chileno.