“Las sociedades están
inmersas en un proceso permanente de transformación tanto económica como
social, y la naturaleza de esas transformaciones no siempre es fácil. Razón por
la cual las ciudades tienen que ser vistas como organismos vivos que se
reinventan constantemente a sí mismas en respuesta a los cambios sociales.
Medellín es un ejemplo por excelencia de esta clase de reinvención.”
Joseph Stiglitz, Foro
Urbano Mundial Medellín 2014
(Urban Solutions Platform, 2014)
En plena niñez a mediados de los
años ochenta vivíamos fuera de Medellín en otra ciudad del país por asuntos
laborales de mi padre, un hombre honesto y trabajador como muchos otros
antioqueños. Siempre esperábamos con ansia las vacaciones para volver al lugar
donde nacimos, a nuestra tierra, a nuestras raíces, volver a nuestra querida
Medellín que para ese entonces se encontraba inmersa, en gran parte, en una
corriente de aguas turbias y brumosas generada por fuerzas sombrías que la sumergían
cada vez más hacia un fondo oscuro y frio. Sin embargo, y a pesar de las intranquilidades
que podrían haber agobiado a mis padres, esto nunca impidió que volviéramos,
pues era más grande el amor que el temor por nuestra Ciudad. Tomábamos la carretera,
un trayecto de ocho horas aproximadamente. Recuerdo que a mi hermano le brotaba
la típica pregunta “¿Ya vamos a llegar?” antes de la primera hora de viaje. Yo
no era la excepción por supuesto. Y es que aunque disfrutábamos del paseo, la
expectativa por llegar a Medellín se acrecentaba al sentirnos más cerca. De
manera que en el último tramo del recorrido cuando podíamos vislumbrar el Valle
de Aburrá abrazado por sus verdes montañas dándonos la bienvenida; la alegría,
la exaltación y eso que bien conocemos como “orgullo paisa” se manifestaban a
flor de piel. En ese preciso momento mis padres sabían que era la hora de poner
el himno de nuestra tierra, no el de Antioquía -que entonamos con júbilo en
cualquier evento-, tampoco el himno institucional de la Ciudad (no tan popular
como el primero), sino ese himno emocional que congregó en esos duros momentos,
y que sigue congregando el espíritu colectivo medellinense. Un canto que parte
de este ser, sistema social, u organismo
vivo bautizado con el nombre Medellín puso en la consciencia de aquellos que
durante la turbulencia no dieron marcha atrás, que con corazón y pujanza incentivaron
no solo a entonarlo sino a vivirlo como una filosofía[1]
denominada “Quiero a Medellín”.
Desde el año pasado que los ojos
del planeta se postraron al interior de nuestras montañas cuando la Ciudad se hizo acreedora al reconocimiento
como la más innovadora del mundo, la comunicación de ésta ideología tomó un
nuevo aire. Recientemente, luego del exitoso Séptimo Foro Urbano Mundial
(WUF7), uno de los eventos más significativos realizados en el país y sin duda el
más valioso para la Ciudad hasta ahora, querer
a Medellín ha dado la mejor cosecha gracias, en gran parte, al exitoso
modelo de trabajo sinérgico y conversación tripartita que han consolidado el
gobierno local, la empresa privada y la academia; a la consciencia, la
transparencia, y la proyección sistémica de las diferentes administraciones en
los últimos años; y como lo promueve el himno, por el amor que muchos medellinenses sienten por su ciudad.
La idea del canto se le manifestó
a Michel Arnau[2],
“un creativo de pelo largo, irreverente, y para muchos un poco loco” (La W,
2013)[3]
que para ese entonces ya había consolidado en Medellín la primera “Agencia-boutique
creativa” (La W, 2013) bautizada con su apellido. Debido a sus
particularidades, carisma, visión y pasión creativa, varias reconocidas
empresas antioqueñas que se vieron atraídas por tales rasgos depositaron su
confianza en este artista de la comunicación
que entre sus creaciones dejó, en esos “momentos tormentosos” (La W, 2013), el
inolvidable himno que aún podría ostentar el título de la campaña cívica con
más difusión en Colombia. La iniciativa surgió luego de que Michel se reuniera
con un grupo de amigos a pensar que deberían hacer algo por la ciudad que
amaban, y fue en el contexto de esas conversaciones creativas donde le llegó la
inspiración que empezó a materializar con marcador y papelógrafo (la W, 2013).
Cuando el himno fue lanzado en el contexto de la campaña cívica “Amor por Medellín”[4],
tuvo un efecto decisivo puesto que, según lo expresa Michel (la W, 2013),
exaltó “el orgullo que los ciudadanos tienen por su región y su ciudad” y además
les permitió empoderarse de esta filosofía con acciones concretas… “Depende
también de ti darle amor a Medellín, con tu trabajo, con tus ideas sobre todo”.
Como lo expone Jorge Orlando Melo[5]
(Semana, 2014), la desaceleración del crecimiento industrial que sufrió
Antioquia a mediados de la década de los 50 fue la antesala de la gran desestabilización
social sufrida en la región. El crecimiento urbano era desmesurado debido al
desplazamiento en zonas rurales causado por la violencia, y en adición, porque
la agricultura no estaba dando los frutos esperados. La iglesia “que se había
encargado de mantener al pueblo disciplinado y honrado”, no pudo conservar el control.
De esta forma Medellín se convirtió en la “Ciudad del pecado” cobijando
prostitución, tráfico de droga y homicidio. Para la última década del siglo veinte
el Valle de Aburrá ya padecía la reputación como el más violento del mundo
(Semana, 2014). Este fue el tiempo de personajes igualmente creativos e
innovadores, pero para la perversidad. Según reflexiones de Juan Luis Mejía[6],
el término “dinero fácil” no es tan preciso como el de “dinero ilícito” para
describir el capital que afloraba en nuestra tierra por esos días. Su
consecución no era para nada sencilla pero estos “genios del mal” se las
ideaban para lograrlo. Así la influencia narcotraficante fue permeando la
cultura, tanto que, como lo asevera Jorge Orlando Melo, “Las mamás educaban a
sus hijos con la admonición de Horacio, el poeta romano: ‘Haz plata hijo, hazla
honestamente. Pero si no puedes, haz plata hijo’.” (Semana, 2014: 17). Sin
embargo, y a pesar de que no se puede negar que algunas células corruptas del
sector gobierno y privado dieron luz verde a tales vicios, el sistema inmune se
resistió a esta enfermedad social gracias a aquellos “innovadores del bien” que
impusieron regulaciones e impulsaron buenas prácticas de administración pública,
evitando así que las grandes empresas antioqueñas fueran infectadas (Semana,
2014). Esta fue la semilla plantada para el renacimiento de una Ciudad que
empezó a crecer con el trabajo comprometido y sistémico de sus principales
actores sociales.
“En los momentos duros de
Medellín hace más de veinticinco años lo que nos mantuvo en pie fue la
conversación colectiva” afirmó Claudia Restrepo Montoya la Vicealcaldesa de Educación
en uno de de los diálogos del Séptimo Foro Urbano Mundial (WUF7). “No dejamos
de creer en Medellín… nos quedamos a pesar de las dificultades… por el
contrario, nos propusimos buscar el norte de la Ciudad, su visión.” De esta
forma lo manifestaron -en síntesis- altos líderes empresariales antioqueños y la
representación del gobierno local en otra de las constructivas charlas del evento[7],
quienes además resaltaron tanto a Proantioquia[8]
como a la dinámica de buen gobierno “Medellín,
como vamos”, entre las fichas clave para la consolidación del trabajo
conjunto del sector gubernamental, la empresa privada y la academia en un fin
común: el bienestar de la Ciudad y la Región. Coincidiendo con dicho pensamiento,
otra de las muchas voces provenientes de la inteligencia colectiva que se
reunió en Medellín por esos días del Foro, expresó: “lo que hicimos fue ser
conscientes de la Ciudad, supimos pensarla.” Reflexión que enuncia con claridad
por qué Medellín pudo lograr el galardón como la más innovadora del mundo, cuyo
mérito radica esencialmente en la consciencia creativa que permitió la
recuperación de esta ciudad resiliente.
Para explicar el giro de ciento
ochenta grados que tuvo Medellín iniciando el presente siglo, se debe dar
especial énfasis a las acciones de otro creativo apasionado por su ciudad, un científico matemático que no solo con
lápiz y papel empezó a resolver sus problemas ideando e implementando fórmulas que la llevaron hacia el camino de la innovación social.
El primer análisis que hizo el profesor Sergio Fajardo residió en la necesidad
de “metérsele al rancho” a la politiquería. En consecuencia, él y un gabinete
conformado por otros cincuenta entusiastas poco reconocidos en el ámbito
político, pero si con gran recorrido en los sectores de la empresa privada,
académico y social, se comprometieron a organizar un movimiento cívico
independiente para entrar al ruedo gubernamental y tomar las riendas de
Medellín, puesto que, de acuerdo con su pensamiento, en el ámbito político es
que se toman las decisiones más importantes de una sociedad (Bedoya, 2013 –
Fajardo, 2008). Como Fajardo lo afirma, “todos llegamos a una misma conclusión:
llevábamos toda la vida diciendo cómo debería ser la sociedad, pero […] otras
personas [tomaban] las decisiones por nosotros” (Bedoya, 2013). De manera que, alentados
por el liderazgo de este matemático, dicha colectividad pudo cambiar finalmente
tal paradigma en el año 2003 para el bienestar de la Ciudad. Luego de lograr el
primer paso, la nueva ola en el gobierno se dispuso a aplicar la fórmula que mitigó
los dos problemas que estaban más arraigados: La violencia y la desigualdad
social[9].
Para disminuir violencia el Alcalde aplicó una ecuación básica que denominó el
“Quita y pone”: quitarle a la violencia y poner oportunidades, es decir,
cerrarle gradualmente las puertas a la violencia abriendo espacios de
integración, que apuntaban precisamente a la equidad social y donde la
educación fue el pilar. Este concepto se
tradujo en la promesa esencial de su gestión: “Medellín, del miedo a la
esperanza” (Fajardo, 2008), donde miedo es = violencia, y esperanza es = oportunidades y equidad
para el desarrollo. A su vez, considerando la educación como base, surgió el
dinamizador de dicha promesa: “Medellín, la más educada”, sello expresado en el
fortalecimiento de la educación pública[10],
la generación de espacios para el conocimiento, la construcción de proyectos
urbanos integrales, y el impulso de una cultura emprendedora. La implementación
de dichas formulaciones favoreció primordialmente a los sectores más humildes
de la Ciudad, zonas donde la violencia se infiltra con facilidad a causa, entre
otras cosas, de la desigualdad y sus efectos. Como cual niño emocionado al mostrar un
juguete nuevo a sus amigos, Fajardo expone a una audiencia deslumbrada la
creación del Parque Biblioteca España
que se edificó en el sector más pobre de la Ciudad y fue acreedor del
prestigioso premio de arquitectura en Iberoamérica entre los años 2004 y 2006
(Bedoya, 2013). “La obra más importante de arquitectura está en el barrio más
pobre de Medellín, donde más violencia había, no en el barrio más rico de la
ciudad” asevera Sergio (Bedoya, 2013). En consecuencia, rupturas sociales de
este tipo fueron desde entonces el común
denominador en Medellín, y el origen del reconocimiento como la más
innovadora del mundo. La efectividad de las fórmulas del profesor Fajardo, que no
han perdido continuidad con los nuevos gobiernos, lograron transformaciones
relevantes en solo diez años. El factor
es: personas honestas que trabajen con
tesón para que no se pierda un peso.
Coloquialmente decimos en nuestra
tierra: “hay que salir de las montañas para conocer el mundo”. Sin embargo, al
ser elegidos como sede de la Séptima versión del Foro Urbano Mundial (WUF7), lo
que hicimos fue traer al mundo entero a nuestra tierra para transformarnos en
su capital. “Nos sentimos muy orgullosos de ser por una semana paisas.” expresó
Joan Clos, el director ejecutivo de ONU-Hábitat, quién de igual forma resaltó
al de Medellín como el mejor de los foros hasta ahora realizados (WUF7, 2014). Durante
este tiempo más de veinte mil personas de las cuales ocho mil fueron
extranjeros (semana.com, 2014) se congregaron en Medellín para conversar y compartir
conocimientos sobre problemáticas urbanas, sociales, políticas, y económicas, que
serán el insumo para sentar las bases de futuros cambios en diferentes ciudades
del planeta con énfasis en la justicia social, pues de acuerdo con Clos (WUF7,
2014), esta es la gran falencia global. Ciudades
para la vida fue la consigna del memorable evento que pudo concretar la
Ciudad gracias al empeño del Gobierno Local con el apoyo del Ministerio de
Vivienda Nacional a cargo del actual Alcalde Aníbal Gaviria, y el Ministro Luis
Felipe Henao consecutivamente (ambos muy paisas). El balance más que positivo del
Foro deja mucha satisfacción. Los números superaron todas las expectativas,
pero el principal impacto fue la buena impresión que el recuperado Valle de Aburrá
le dejó al mundo. “Buena parte de las personas con las que he conversado me
dicen que lo que han visto y palpado de Medellín, es mejor de lo que habían
leído” manifestó Gaviria sin desconocer que aún hay camino por recorrer para
menguar la desigualdad social (eltiempo.com, 2014). La Carta de Medellín, o el tratado que deja el Foro a la Ciudad, de
acuerdo con el Alcalde (eltiempo.com, 2014), aparte de evidenciar las buenas
prácticas recogidas hasta el momento también se convierte en una nueva semilla que
debe germinar en equidad y así en un verdadero progreso para todos.
Quiero terminar haciendo una
convocatoria a diferentes idealistas, creativos e innovadores en diferentes
áreas para que empecemos a darle forma con
nuestras ideas a un nuevo canto, pero no para Medellín sino para el país,
que como bien saben ha padecido durante mucho tiempo enfermedades sociales
causadas, en especial, por quienes tradicionalmente han maquinado su sistema político,
es decir, quienes han manipulado nuestras
decisiones para su propio beneficio. A pesar de que tales malestares no han
afectado el crecimiento económico en
los últimos años, sin lugar a dudas han impedido el crecimiento sostenible y por ende saludable de la nación. Aspecto que en un
futuro no lejano podría ocasionar un cáncer terminal. Las fórmulas para
potenciar soluciones se han evidenciado en Medellín, y no son ajenas al resto
del país. Vamos pues a componer el
himno que integre a Colombia.
*El Himno
Primera versión (1980)
Nueva versión (2008)
Interacciones:
Bedoya, J.
(2013, 8 de julio). Sergio Fajardo / Medellín, Del Miedo a La Esperanza
(Conferencia en el TEC de Monterrey, México). Recuperado de: http://youtu.be/mlKz1GSsXpQ Visitado: 14 de mayo de 2014.
Fundación Amor
por Medellín y por Antioquia (2008, 3 de abril). QUIERO A MEDELLÍN. Recuperado
de: http://youtu.be/i47FgnG9Ye8 Visitado: 27 de
abril de 2014.
Fundación Amor
por Medellín y por Antioquia (2008, 6 de noviembre). Quiero a Medellín Nueva
Generación. Recuperado de: http://youtu.be/vHjODATMxjY Visitado: 27 de
abril de 2014.
Fajardo, S.
(2008). Del miedo a la esperanza,
Alcaldía de Medellín 2004/2007. Recuperado de: http://www.reddebibliotecas.org.co/Libro%20Recomendado/Descarga%20de%20libros/Del%20miedo%20a%20la%20esperanza%20Capitulo%201.pdf Visitado: 14 de mayo de 2014.
La W Radio (2013, 1 de marzo). Entrevistas W: Michel
Arnau autor de la canción "Quiero a Medellín". Recuperado
de: http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/michel-arnau-autor-de-la-cancion-quiero-a-medellin/20130301/oir/1851369.aspx Visitado: 27 de
abril de 2014.
Montoya Acevedo, M. (2009, 19 de junio). El Mundo.com. Un canto a Medellín y Antioquia. Recuperado
de: http://www.elmundo.com/portal/pagina.general.impresion.php?idx=119600 Visitado:
27 de abril de 2014.
Proantioquia.org.co (2014). Quiénes somos – Aspectos Generales. Recuperado de: http://proantioquia.org.co/web/index.php/quienes-somos/aspectos-generales Visitado: 17 de mayo de 2014.
Redacción, El
Tiempo.com (2014, 10 de abril). El
anfitrión y su balance final del Foro Urbano. Recuperado de: http://www.eltiempo.com/Multimedia/infografia/forourbanomundial/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_MULTIMEDIA-13816666.html Visitado: 17 de mayo de 2014.
Revista Semana
(2014). Edición especial: ANTIOQUIA,
GENTE 1A. Publicaciones Semana S.A. (Abril de 2014)
Urban
Solutions Platform (2014, 11 de abril). Conferencia
Joseph Stiglitz (WUF7). Recuperado
de: http://youtu.be/BAodXvlGo9Y
Visitado: 20 de abril de 2014.
World Urban Forum - WUF7 (2014). Seventh session of the World Urban Forum Closing Ceremony. Recuperdado de: http://wuf.7.unhabitat.org/wuftv Visitado: 11 de mayo de 2014.
[1] Comentario de Alberto Casas en entrevista de la W
Radio a Michel Arnau, creador de la canción “Quiero a Medellín” (La W, 2013)
[2] Michel Arnau, es un reconocido creativo y precursor de
la ola setentera de la publicidad Colombiana que luego se alió con DDB, la
multinacional publicitaria, para posesionarse como su principal representante
en el país.
[3] Así lo introduce Julio Sánchez Cristo en la entrevista
que le hacen el día que Medellín ganó el premio como la más innovadora (La W,
2013).
[4] La Fundación Amor por Medellín se creó en 1980 por
iniciativa de la Administración Municipal y con el apoyo de 70 líderes
empresariales y cívicos, con el objetivo de dinamizar y fortalecer procesos de
formación ciudadana, ética y democrática (Montoya, 2009).
[5] Historiador y decano de Ciencias Sociales de la
Universidad Jorge Tadeo Lozano (Semana, 2014)
[6] Ex Ministro de Cultura, actual rector de la
Universidad EAFIT y uno de los estudiosos de la historia de Antioquia más
reconocidos. En un comentario previo a alguna reunión lo escuché hacer tal
anotación y se me quedó grabada.
[7] Conversatorio: El
Papel del Sector Privado como Agente del Cambio, en el que participaron como
panelistas David Bojanini (Presidente del Grupo Sura), José Alberto Vélez
(Grupo Argos), Santiago Piedrahíta (Grupo Orbis) y Luis Felipe Hoyos, el
Vicealcalde de Desarrollo Económico de la Ciudad.
[8] “Fundación privada del
sector empresarial, sin ánimo de lucro, creada en 1975 por un destacado grupo
de empresarios antioqueños, con el firme propósito de contribuir a la
construcción de una región más competitiva en lo económico y equitativa en lo
social, y de una sociedad integrada, pacífica y con oportunidades para toda la
ciudadanía.” (Proantioquia.org.co, 2014)
[9] Para explicar ambos problemas Sergio Fajardo hace una
analogía con dos árboles cuyas raíces son profundas y además muy enredadas
entre ellas “no se sabe que fue primero si la desigualdad o la violencia…”
(Bedoya,2013)
[10] Fajardo enfatiza en la falencia de la educación en la
región y el País, e indica que los espacios para el conocimiento como los
parques biblioteca y los colegios en zonas marginales apuntaron inicialmente a
la recuperación de la dignidad. (Bedoya,
2013)
Me gusto más la primera versión, más desde el alma, desde el amor. La segunda es más desde la publicidad, menos del corazón. Ojo niños felices cerca del sol, mientras se muestra la noche. En definitiva, amo a Medellin: Gracias Dios por haber permitido que naciera aqui.
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